Tras pasar la frontera entre Colombia y Ecuador y realizar los trámites aduaneros es mejor tomar una buseta hasta Tulcán (0.75 $). El táxi te cobra mucho más. Tulcán es el equivalente a Ipiales del lado ecuatoriano. Una ciudad que vive principalmente del beneficio que dejan las transacciones comerciales con el otro lado. En la terminal de autobuses continuamos viaje hacia el sur con dirección a Otavalo. Seguimos en la carretera Panamericana divisando paisajes verdes repletos de pequeños huertos familiares donde las patatas y las vacas son las protagonistas. Más adelante el paisaje cambia para hacerse más áspero y árido con montañas peladas y erosionadas que dejan florecer valles muy fértiles entre ellas: caña de azúcar, maiz y patatas se disputan el paisaje.
Otavalo nos recibe con el volcán Imbabura coronado de nubes. Esta es una de las ciudades ecuatorianas más conocidas por sus artesanías.
Comida abundante y variada. Lo típico es el cerdo al horno (Chancho) y el de la foto, "fritada de chancho" se acompaña de patatas cocidas, maíz tostado y también hervido, tomate, etc . El primer plato fue una sopa de verduras llamada yahuarlocro, (menú 2,5 euros)
Tejidos de alpaca, artesanías en madera, piedra y tejido acompañados de charlas en quéchua entre los vendedores indígenas.
Siguiendo tus andanzas.
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