martes, 19 de abril de 2016

10ª etapa. Vilcabamba

10ª etapa. Vilcabamba

El autobús Loja-Vilcabamba de la empresa Sur-Oriente, otra lechera que se detiene a cada trecho para recoger pasajeros, te lleva a destino en una hora y media aproximadamente (1,30 $). Esta es una etapa no prevista en mi plan de viaje, pero la situación de las carreteras y la dificultad  que se avecina en las dos siguientes etapas, me han hecho pensar que avanzando un  poco mejoro las expectativas.
El objetivo último de estas dos etapas siguientes es llegar a la ciudad peruana de Chachapoyas, y eso me llevará dos días.
Deteniéndonos en el presente hay que decir que la pequeña localidad de Vilcabamba, perteneciente al cantón de Loja, se ubica en un valle rodeado de alturas considerables. El pueblo orienta sus calles a los cuatro puntos cardinales, creando así la consabida trama reticular. Pequeño, sencillo y turístico, se camina en dos paseos.


                                               Entrada a Vilcabamba

La plaza central es, como casi siempre, el eje sobre el que  se articulan las demás calles. Se trata de un parque central rodeado por los cuatro costados de casas adosadas y bajos porticados de sabor hispano. Allí se localiza también la iglesia. Junto a su fachada principal hemos visto un puesto de reclamo de ayuda humanitaria para los afectados por el terremoto del pasado día 16 de abril.


                                    Parque Central de Vilcabamba


Vilcabamba saltó hace tiempo a los medios de comunicación por ser una localidad donde la longevidad no es una anécdota, sino una circunstancia habitual. Me cuentan los lugareños que ha habido personas que han alcanzado la edad de 148 años. Esto provocó en su momento la creación de comités investigadores para el estudio del fenómeno. Parece ser que el trabajo continuado, es decir, el ejercicio físico, una alimentación sana y el agua del lugar, rica en minerales, tienen que ver con el misterio. Actualmente el anciano más longevo de Vilcabamba tiene 108 años.


Pero esta pequeña localidad sabe que ese fenómeno difícilmente puede sostener un crecimiento económico sostenible así que, tras una valoración concienzuda, han sabido explotar turísticamente sus recursos y hoy en día ofrecen a los turistas una oferta hotelera no muy abundante pero suficiente, rutas ecológicas para caminantes, bicicletas y caballos, visitas a cascadas y la Reserva Natural de Rumi Wilco, un maravilloso parque natural a orillas del río Chamba, que por aquí no susurra, vocea, por el ímpetu de sus aguas.


                                   Sendero de acceso al parque

                                                 Río Chamba



 El parque engloba también, en las zonas de ribera,  los restos de la vegetación de los huertos que un día existieron en la zona, proliferan los cafetos, nísperos, limas, plataneras, entre otros.


Cafeto

Por último y para despedirnos de la cocina ecuatoriana, dos platos sencillos que componen un menú. La típica sopa, repe blanco, a base de guineo verde (plátano), patatas, leche y quesillo. Como plato fuerte cecina de chancho, carne de cerdo especiada y secada al sol y luego hecha a la parrilla, acompañada de papas y ensalada. Se toma todo con zumo de frutas (3 $ total). Hay que señalar que en la mesa ecuatoriana, como en la colombiana, el pan nunca está presente
.

                                                           Repe blanco




                                                 Cecina de chancho



3 comentarios:

  1. Que bien estamos conociendo esa zona, gracias a tus comentarios.Boa viagem!!!!

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  2. Parece que te has perdido en esos paisajes o encontrado. Estamos ansiosos por leer tus comentarios. Un abrazo.

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