La carretera Popayán-Pasto es un tormento para propios y extraños: asfalto en malas condiciones, curvas infinitas, tráfico pesado. Sin embargo, es un deleite para la vista. El paisaje andino repleto de vegetación da paso poco a poco a un paisaje más árido de ríos encajados en precipicios de donde cuelga la carretera Panamericana.
A medio camino se encuentra otra ciudad importante: Pasto, lugar de paso de muchos viajeros donde decidí no parar.
Pasto
Ipiales es la ciudad colombiana fronteriza con Ecuador. Es lo contrario
que Popayán. Aquí, el urbanismo, aunque sigue los mismos trazados
reticulares que las ciudades coloniales, presenta un aspecto de abandono
tal que no atrae la atención de ningún turista. Esta ciudad tiene dos
atractivos principales: Las compras, especialmente para los
ecuatorianos, que encuentran los electrodomésticos y otros artículos a
mejor de precio que en su país, y el santuario de Las Lajas.
Terminal de autobuses de Ipiales
El santuario de Las Lajas está encajonado en el fondo de una quebrada por donde discurre el río Guaítara. De estilo neogótico, data de principios del siglo XX. Es un lugar de gran fervor religioso y también un atractivo turístico. Posiblemente el mejor reclamo de Ipiales: acceso libre y 2200 pesos colombianos (0,62 euros) cada trayecto desde Ipiales en taxi colectivo.
Santuario de Las Lajas - Ipiales
1700 pesos colombianos (0,48 euros) separan a Ipiales de la frontera de Rumichaca con Ecuador subidos en una buseta (microbús que no arranca hasta que no se llena). Es hora del cambio de moneda ( Ecuador adoptó el dólar estadounidense en el año 2000) y del paso del puente a pie. No olvidar el sellado del pasaporte de salida en el lado colombiano y rellenar una planilla que te facilitan en el puesto fronterizo ecuatoriano antes de sellar el pasaporte.
Hasta siempre Colombia. No tuve ningún percance y se me trató con mucha amabilidad.
Maravillo paisaje. Viva la camiseta del Santi! Disfruta.
ResponderEliminar¡Qué envidia, los Andes!
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