La llegada a Riobamba fue breve. En apenas una hora y media y flanqueado por volcanes, ríos encajados en el terreno y valles agrícolas que se extienden hasta las laderas, aparecimos en la terminal de autobuses de Riobamba. Esta ciudad de más de 200000 habitantes se ubica en lugar distinto al de su fundación en 1534. La actual Riobamba tiene su origen en la destrucción a finales del siglo XVIII de la primitiva ciudad por la acción de un gran terremoto. Es, sin embargo, una copia en su trazado de la ciudad primitiva. Su casco histórico conserva el aire colonial.
A un docente debe llamarle la atención la imágen de un centro como el de la fotografía. Se trata del Colegio Nacional Maldonado, un centro de secundaria que se ubica en el parque Sucre. Tras esos muros, y según nos contaron, cursan estudios los alumnos más díscolos de Riobamba.
El mayor atractivo de Riobamba es el Chimborazo. Para llegar a él de manera autónoma, hay que tomar un autobús en la terminal terrestre de Riobamba y advertir al chófer que vamos al Chimborazo. Tras 45 minutos nos apeamos y entramos al camino que conduce a la entrada del parque. En ese momento ya estamos a 4300 metros sobre el nivel del mar. El mal de altura puede empezar a aparecer. Un descanso y tal vez un té de coca pueden aliviar los síntomas. Aquí comienza una pista de tierra de 8 km en subida constante pero no demasiado exigente. Al final de este camino que se puede recorren en coche se llega al primer refugio (4800 msnm) y, si se tienen fuerzas se continúa a pié hasta un segundo refugio 5000 m., donde la nieve y el hielo hacen su aparición. La cumbre se encuentra a 6268 metros.
En nuestra visita al Chimborazo será frecuente ver a poca distancia vicuñas salvajes introducidas de nuevo tras su desaparición.
La camiseta official del Santiago Apóstol no había subido tan alto.
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