Las 24 hora de autobús que separan las ciudades de Lima y Cuzco (1200 km) recomiendan sustituirlas por un viaje en avión. El trayecto se hace en apenas una hora. Cuzco, una ciudad que sobrepasa los 300000 habitantes, nos recibe a casi 3400 metros de altitud con un día soleado y una temperatura agradable. El mal de altura se apoderará del turista que no haya tomado sus precauciones: dolor de cabeza, mareo. Es una ciudad que vive por y para el turismo. Las artesanías, las entidades organizadoras de viajes, excursiones, cambio de moneda, restaurantes, tiendas, mercados. Por encima de todos sus atractivos se encuentra Machu Picchu. Esta es la palabra más repetida en cartelerías y en boca de mil voceros que pregonan por doquier sus visitas.
Cuzco es una ciudad de plazas e iglesias. En su casco histórico se cuentan hasta doce iglesias que rivalizan en arquitectura y boato.
Plaza de Armas y Catedral
Vista desde la puerta de la Catedral
Se conservan en algunas calles lienzos de antiguas construcciones incaicas. La pesadez de la piedra se convierte aquí en armonía y sabiduría de los canteros prehispánicos. Los bloques encajan sin argamasa en ángulos difíciles de practicar.
El aprovechamiento de estas construcciones en etapas posteriores se adivina por doquier. El ejemplo más reconocibles es el de la Qoricancha, sobre la que se edificó la iglesia de Santo Domingo.
Qoricancha
Como en otras tantas ciudades que hemos visitado, el sabor hispano se reconoce por todas partes. Balcones en madera, rejas, plazas porticadas, patios interiores, ...
La oferta hotelera en Cuzco es enorme, se pueden encontrar desde hostales humilde y de difícil clasificación hasta los hoteles más lujosos imaginables.
Claustro del antiguo seminario de S. Antonio Abad, actual hotel Monasterio
Cuzco es una ciudad en donde el comercio se practica hasta el agobio del turista. Cualquier artículo sirve de pretexto para tratar de vender. El objetivo desde primera hora de la mañana es la caza del turista, la venta de una pulsera, una pomada contra el mal de próstata, un masaje, una foto con una alpaca, un colgante, un tour a cualquier parte, ... Por la calle tocar el claxon es como un deporte. Se pita para animar al que te precede, para avisar de una maniobra, para protestar, para invitar a un peatón a tomar el taxi...
En esta época del año la temperatura es agradable y se evita el sol del medio día, pero cuando el sol se oculta el frío es intenso. Aquí el día y la noche se reparten casi por igual el tiempo.
Cuzco o Cusco, como llaman desde época reciente a esta ciudad los peruanos, tiene una de las mayores y más caras ofertas turísticas de todo Perú. Esta capital incaica y ciudad de gran relieve tras la conquista, tiene un enorme patrimonio histórico y cultura. Su región no le va a la zaga: Sacsayhuaman, Chinchero, Ollantaytambo..., son presentados en las agencias turísticas que las ofertan en paquetes. El plato fuerte de la visita a Cuzco es sin duda Machu Picchu. Las ofertas son numerosas, pero la opción de organizarla por tu cuenta se presenta interesante desde el punto de vista económico. Si se opta por esta fórmula hay dos opciones también la opción más rápida, cómoda y cara y la que podríamos llamar la opción mochilera. ¿Cómo se llega a Machu Picchu con la primera opción? Hay que contratar el billete de tren en una de dos compañías que hacen el recorrido (coste ida y vuelta 120 euros aprox.) Hay que sacar el billete de entrada en la oficina de Ministerio de Cultura (128 soles) y hay que tomar una combi (furgoneta compartida) para llegar a Ollantaytambo a tomar el tren (10 soles por trayecto).
Con esta opción se puede hacer todo en un sólo día si se madruga bastante. la combi hay que tomarla a las 4,00 a.m., como muy tarde (60 km). El primer tren suele salir a las 6,40 y tarda 1 hora y 30 minutos en recorrer otros 60 km. aprox. El tren tiene su parada final en la localidad de Aguas Calientes. A este pueblo sólo se llega en tren o andando junto a la vía férrea, no hay carreteras, ni caminos.
El tren discurre en la totalidad de su recorrido por el cañón del río Vilcanota. En la mayor parte del recorrido, el río y el tren pugnan por pasar y cuando la situación se vuelve desesperada, aparece un pequeño túnel para poner paz. Un paisaje idílico de gigantes se se alzan sobre las aguas cada vez más blancas del río que, por momentos, se vuelve torrencial.
Río Vilcanota
No hay demora. Tras la llegada del tren a Aguas Calientes hay que sacar un billete de autobús para que te suba a la ciudadela (12 $ por trayecto). No es obligatorio, se puede subir a pié, pero ...
El autobús se afianza a un camino en pendiente zigzageante. Se viaja a saltos por una senda descarnada y polvorienta flanqueada por una arboleda maltratada por el pasar continuo de vehículos.
Camino de acceso a Machu Picchu
Y, de pronto casi por magia, los muros, viviendas, terrenos aterrazados, conducciones de agua aparecen ante nosotros y sólo queda pararse, respirar hondo y creértelo.
Para espíritus inquietos y cuerpos ágiles está la opción de subir al Huayna Picchu
Vista al fondo del río Vilcanota
Tras abandonar Machu Picchu, el viaje de vuelta sirve para rememorar lo visto, para saborear cada uno de los instantes que has pasado contemplando una de las maravillas del hombre, una obra de proporciones gigantescas en un medio ambiente de fantasía.
De vuelta a Cuzco nos queda aprovechar nuestro tiempo para visitar y aprender de la riqueza que esta ciudad atesora. De entre la oferta cultura destacamos sus museos. Alguno de ellos como el Museo Inka no permite fotografiar en su interior. Una opción barata y muy recomendable es la de deambular por sus calles y admirar la arquitectura colonial que atesoran sus casas. Una buena parte de las casonas coloniales del centro histórico albergan hoy día negocios de hostelería y tiendas. Guardan, eso sí, su aire hispano y combinan los basamentos de piedra, los balcones y cornisas en madera, los enrejados artísticos y el gusto por las plantas, geranios principalmente.
La arquitectura también nos enseña cómo se aprovechan los materiales de construcción que, en muchas ocasiones permiten observar la superposición de edificaciones. El palacio arzobispal es un ejemplo de cómo se reutiliza una construcción incaica. En sus muros se aprende del ingenio y la habilidad de los constructores incas.
Esquina del Palacio Arzobispal
En estos muros ciclópeos llaman la atención los sillares angulosos e irregulares y de entre ellos el más visitado es el llamado de las doce esquinas.
Cuzco es una ciudad en donde el comercio se practica hasta el agobio del turista. Cualquier artículo sirve de pretexto para tratar de vender. El objetivo desde primera hora de la mañana es la caza del turista, la venta de una pulsera, una pomada contra el mal de próstata, un masaje, una foto con una alpaca, un colgante, un tour a cualquier parte, ... Por la calle tocar el claxon es como un deporte. Se pita para animar al que te precede, para avisar de una maniobra, para protestar, para invitar a un peatón a tomar el taxi...
En esta época del año la temperatura es agradable y se evita el sol del medio día, pero cuando el sol se oculta el frío es intenso. Aquí el día y la noche se reparten casi por igual el tiempo.
Cuzco o Cusco, como llaman desde época reciente a esta ciudad los peruanos, tiene una de las mayores y más caras ofertas turísticas de todo Perú. Esta capital incaica y ciudad de gran relieve tras la conquista, tiene un enorme patrimonio histórico y cultura. Su región no le va a la zaga: Sacsayhuaman, Chinchero, Ollantaytambo..., son presentados en las agencias turísticas que las ofertan en paquetes. El plato fuerte de la visita a Cuzco es sin duda Machu Picchu. Las ofertas son numerosas, pero la opción de organizarla por tu cuenta se presenta interesante desde el punto de vista económico. Si se opta por esta fórmula hay dos opciones también la opción más rápida, cómoda y cara y la que podríamos llamar la opción mochilera. ¿Cómo se llega a Machu Picchu con la primera opción? Hay que contratar el billete de tren en una de dos compañías que hacen el recorrido (coste ida y vuelta 120 euros aprox.) Hay que sacar el billete de entrada en la oficina de Ministerio de Cultura (128 soles) y hay que tomar una combi (furgoneta compartida) para llegar a Ollantaytambo a tomar el tren (10 soles por trayecto).
Con esta opción se puede hacer todo en un sólo día si se madruga bastante. la combi hay que tomarla a las 4,00 a.m., como muy tarde (60 km). El primer tren suele salir a las 6,40 y tarda 1 hora y 30 minutos en recorrer otros 60 km. aprox. El tren tiene su parada final en la localidad de Aguas Calientes. A este pueblo sólo se llega en tren o andando junto a la vía férrea, no hay carreteras, ni caminos.
El tren discurre en la totalidad de su recorrido por el cañón del río Vilcanota. En la mayor parte del recorrido, el río y el tren pugnan por pasar y cuando la situación se vuelve desesperada, aparece un pequeño túnel para poner paz. Un paisaje idílico de gigantes se se alzan sobre las aguas cada vez más blancas del río que, por momentos, se vuelve torrencial.
Río Vilcanota
No hay demora. Tras la llegada del tren a Aguas Calientes hay que sacar un billete de autobús para que te suba a la ciudadela (12 $ por trayecto). No es obligatorio, se puede subir a pié, pero ...
El autobús se afianza a un camino en pendiente zigzageante. Se viaja a saltos por una senda descarnada y polvorienta flanqueada por una arboleda maltratada por el pasar continuo de vehículos.
Camino de acceso a Machu Picchu
Y, de pronto casi por magia, los muros, viviendas, terrenos aterrazados, conducciones de agua aparecen ante nosotros y sólo queda pararse, respirar hondo y creértelo.
Para espíritus inquietos y cuerpos ágiles está la opción de subir al Huayna Picchu
Machu Picchu y Huayna Pichu al fondo
Vista al fondo del río Vilcanota
Tras abandonar Machu Picchu, el viaje de vuelta sirve para rememorar lo visto, para saborear cada uno de los instantes que has pasado contemplando una de las maravillas del hombre, una obra de proporciones gigantescas en un medio ambiente de fantasía.
De vuelta a Cuzco nos queda aprovechar nuestro tiempo para visitar y aprender de la riqueza que esta ciudad atesora. De entre la oferta cultura destacamos sus museos. Alguno de ellos como el Museo Inka no permite fotografiar en su interior. Una opción barata y muy recomendable es la de deambular por sus calles y admirar la arquitectura colonial que atesoran sus casas. Una buena parte de las casonas coloniales del centro histórico albergan hoy día negocios de hostelería y tiendas. Guardan, eso sí, su aire hispano y combinan los basamentos de piedra, los balcones y cornisas en madera, los enrejados artísticos y el gusto por las plantas, geranios principalmente.
La arquitectura también nos enseña cómo se aprovechan los materiales de construcción que, en muchas ocasiones permiten observar la superposición de edificaciones. El palacio arzobispal es un ejemplo de cómo se reutiliza una construcción incaica. En sus muros se aprende del ingenio y la habilidad de los constructores incas.
Esquina del Palacio Arzobispal
En estos muros ciclópeos llaman la atención los sillares angulosos e irregulares y de entre ellos el más visitado es el llamado de las doce esquinas.
Muro lateral del Palacio Arzobispal
En Cuzco, como en otros lugares de Perú, se palpa la defensa de lo indígena, es una forma, creo yo, de búsqueda de identidad, de fomentar el orgullo como nación. Sorprenderá al turista la presencia de la bandera arco iris ondeando en los edificios oficiales. No se trata de la celebración del día del orgullo gay, si no de la bandera del Tawantinsuyo, el imperio inca. Este símbolo, creado al parecer en los años 70, ha sido adoptado en este caso por la municipalidad de Cuzco que lo enarbola orgulloso.
Municipalidad de Cuzco
Qué bien acompañado te veo!!!!
ResponderEliminarPreciosas fotos al otro lado del mundo. ¡ Disfruta la subida a Machu Pichu! Pero, tómatelo con calma!
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ResponderEliminarapasionante experiencia...
ResponderEliminarY las señoras con las que has fotografiado, muy majas...
ResponderEliminarImpresionantes las fotos de Machu Picchu. Sé nota que te inspira: el párrafo de la pugna entre el tren y el río es soberbio.
ResponderEliminarImpresionantes las fotos de Machu Picchu. Sé nota que te inspira: el párrafo de la pugna entre el tren y el río es soberbio.
ResponderEliminarMuy buenas fotos, lo mejor de sudamerica es su naturalidad. A mi me gusta mucho Colonia de sacramento en Uruguay.
ResponderEliminarGracias Luis. Ha sido mi primera visita a Sudamérica y me ha enamorado su maturaleza, su cultura, su gastronomía y sus gentes. He prometido volver. Me encantaría vistar Uruguay. Un saludo desde España.
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